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domingo, 24 de julio de 2011

La Playa de los Muertos

Quienes viven del mar, raramente la nombran; y conforma, junto con otras playas del mediterráneo occidental, la lista de lugares malditos para los marineros desde Águilas a Almuñécar.

Un trozo de paraíso

Da la sensación de estar en un paraíso. Aun estando tan cerca del espigón del puerto industrial; con el ir y venir de los pequeños barcos de pesca. A pesar de las vistas que ofrecen las gigantescas industrias asentadas en la costa un kilómetro más al norte.

Pero un paraíso inhóspito, que estaba aquí antes de la llegada del hombre, que no se concibió para ajustarse a nuestra medida.

Uno se siente extraño, intruso, casi intimidado. Una playa amplia, enorme, rectilínea hasta resultar inquietante, y rodeada por altos muros de roca negra. Y donde la arena... ni siquiera es arena, sino minúsculos cantos rodados.

Su difícil accesibilidad ayuda. Difícil para quien busca una playa domesticada, con todos los servicios. Quince minutos de descenso (inevitablemente a pie) por un complicado camino que parte desde el aparcamiento ubicado a la orilla de la carretera, desde el que no se puede apreciar la verdadera dimensión del lugar al que nos dirijimos.

El fondo se aleja de nuestros pies nada más entrar en el agua, fruto de las fuertes corrientes que han dado fama a esta zona. Incluso en un día de calma, el agua nos zarandea y nos hace ir donde ella dicta.

Orientada a levante, resulta un balcón excepcional desde el que apreciar el espectáculo del amanecer.


miércoles, 13 de julio de 2011

Sierra Nevada desde El Conde.



Al borrarse la nieve,se alejaron
los montes de la sierra.
la vega ha verdecido
al sol de abril, la vega
tiene la verde llama,
la vida, que no pesa;
y piensa el alma en una mariposa,
atlas del mundo, y sueña.


Con el ciruelo en flor y el campo verde,
con el glauco vapor de la ribera,
en torno de las ramas,
con las primeras zarzas que blanquean,
con este dulce soplo
que triunfa de la muerte y de la piedra,
esta amargura que me ahoga fluye
en esperanza de Ella...

ANTONIO MACHADO

Cascada del río Nechite a su paso por Mecina Alfahar.



CUANDO BEBAS AGUA, RECUERDA LA FUENTE.

Mecina Alfahar, en la Alpujarra granadina.



'PASO DE LA FALSA BELLEZA IGUAL QUE EL SABIO QUE NO CAMBIA PARÍS POR SU ALDEA'.
Joaquín Sabina.

Paseo por el parque García Lorca (Huerta de San Vicente, Granada)



THE ROAD NOT TAKEN, By Robert Frost.

TWO roads diverged in a yellow wood,
And sorry I could not travel both
And be one traveler, long I stood
And looked down one as far as I could
To where it bent in the undergrowth;

Then took the other, as just as fair,
And having perhaps the better claim,
Because it was grassy and wanted wear;
Though as for that the passing there
Had worn them really about the same,

And both that morning equally lay
In leaves no step had trodden black.
Oh, I kept the first for another day!
Yet knowing how way leads on to way,
I doubted if I should ever come back.

I shall be telling this with a sigh
Somewhere ages and ages hence:
Two roads diverged in a wood, and I—
I took the one less traveled by,
And that has made all the difference.


VE POR EL CAMINO MENOS TRANSITADO Y DEJA UNA HUELLA.

Árbol en la Puebla de Don Fadrique (detalle)

martes, 12 de julio de 2011

Facundo Cabral, segundo pensamiento.

“ Cada mañana es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada hombre justo es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor, es un soldado menos. Todo esto y mucho más, lo aprendí de mi madre, se llamaba Sara, la elegí como madre por la misma razón por la que Dios la eligió como hija. Nunca pudo aprender nada puesto que, cada vez que estaba por aprender, llegaba la felicidad y la distraía. Nunca usó agenda porque hacía sólo lo que amaba y eso, se lo recordaba el corazón. Se dedicó sólo a vivir y no le quedó tiempo para otra cosa.”

Facundo Cabral...

Pregunté a un viejo Tarahumara porqué no usaban armas para defenderse de los cuatreros, y me dijo: Si las armas fuesen necesarias, habríamos nacido con ellas.

lunes, 11 de julio de 2011

La Sierra de Maimón


El Maimón de la sierra

La palabra maimón es un vocablo de origen semítico, y se encuentra tanto en hebreo (מימון) como en árabe (ميمون) con el significado de suerte, fortuna o tesoro.
Tal tesoro sigue presente en esta sierra, a pesar de las transformaciones y agresiones que ha sufrido tras miles de años de presencia humana en sus laderas.

El entorno

En la zona meridional de la Sierra de las Estancias, enmarcada por los profundos surcos de las ramblas, la Sierra de Maimón se yergue abruptamente como una pared verdosa que contrasta con el color ocre del terreno bajo que la antecede. Es éste un terreno kárstico, de cuevas ocultas, profundos barrancos y fuertes desniveles.
Sus cimas redondeadas se elevan más de 600 m. sobre al valle (superando los 1.000 m.s.n.m.), destacan los Corzos al noroeste –que marca el límite entre Urrácal, Campillo de Purchena, Oria y Olula–, el Collado del Aire al norte, el Quemado al este, el Tesoro en el extremo sureste y el Almirez al sur, con su característica forma cónica. El límite occidental lo marca el trazado del profundo cañón de la Cerrada, espectacular formación que requiere un artículo aparte.
Sorprende al llegar a sus cimas la densa masa forestal que cubre el terreno, remontando desde el fondo de los barrancos hasta las suaves cimas, dejando libre sólo el curso del camino.
Color verde y olor a pino. Es lo primero que llama la atención y lo que da conciencia de estar abandonando el paisaje semiárido del valle para internarse en otro mundo. Poco a poco reconocemos otros aromas: romero, espliego, tomillo. En un espacio tan poco concurrido, no es difícil sorprenderse por la presencia de una fauna esquiva y sorprendente -algún arruí, garduñas, tejones, jabalíes,... y entre la gran variedad de aves, el águila y el búho reales-.

Las vistas

Arriba nos espera una impresionante panorámica del valle y de los Filabres: Monteagud, las canteras de Macael, el Alhamí, la omnipresente Tetica; pueblos blancos aferrados a las pendientes y los que se expanden por el valle.



LA LEYENDA DE LA SIERRA(*)
En 1492 se decretó la expulsión de los judíos, quedando éstos obligados a abandonar los reinos de Castilla y de Aragón en un plazo de tres meses, con la prohibición de llevar consigo “bienes de oro y plata, ni moneda, ni otras cosas vedadas”. Así pues, debían malvender sus propiedades con la única opción del trueque. El provecho que debieron sacar sus vecinos cristianos no debió ser pequeño en tales circunstancias.
Pues bien, la leyenda cuenta que muchos de los judíos obligados a abandonar sus tierras no se arriesgaron a perder el valor de sus bienes metálicos, para lo cual ocultaron sus tesoros en cuevas u otros lugares de difícil acceso con la esperanza de recuperarlos cuando las circunstancias fuesen más favorables y se les permitiese volver. (Ya había ocurrido en otras épocas: a una periodo de persecución le seguía una etapa de tolerancia y convivencia.) Pero esta vez se cerró el ciclo, no volvieron los judíos a pisar las españas, y sus tesoros quedaron enterrados.
Con el correr del tiempo, los azares del destino propiciaron que algunos de esos tesoros salieran a la luz (pastores que al refugiarse en una cueva ven un brillo en la oscuridad; vírgenes o santos revelando el escondite;...), y para dejar memoria de tales hechos se bautizaron a estos lugares como “del tesoro” (el cerro, la cueva, el barranco,...), rescatando para ello la palabra en el idioma de los judíos, bien como burla a éstos, o como mera descripción de su origen.
La historia pudo haber ocurrido en estos lugares, y haber sido transmitida por los moriscos de la zona; o quizá fue importada por los repobladores del siglo XVI que renombraron los accidentes geográficos con topónimos de sus tierras de origen. Sea como sea, quien bautizó al Maimón supo ver en este lugar el perfecto escenario para la leyenda.
Que existiera en algún momento el oro, que haya sido encontrado, o que se trate de un cuento ingenuo quizá sea lo de menos: hay un tesoro que sigue ahí arriba y, para quien sepa verlo, hay muchas formas de disfrutarlo.

(*)Esta es la versión que he sido capaz de desentrañar; cualquier aportación de personas que conozcan otras versiones de esta historia será bien recibida.

sábado, 9 de julio de 2011

Sin ir más lejos

Son los sitios cercanos a donde vivimos, pero que quedan apartados de las calles que pisamos diariamente, los que más nos pueden sorprender por su contraste con los entornos urbanos que les rodean. Sin ser entornos salvajes, nos ofrecen lo que el asfalto y el hormigón nos ocultan.

Sirva de ejemplo la ruta que describe A. Ybarra en su blog CON BOTAS Y BRÚJULA. Discurre por Olula del Río, un pueblo que –al margen de las huertas que aún perviven y la actividad cinegética– no es consciente del potencial de sus espacios naturales.