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domingo, 28 de julio de 2013

NATURALEZA SAGRADA (I): Los "Frailes"

Diseminadas por nuestra geografía del levante andaluz encontramos accidentes geográficos que parecen tener referencias religiosas, los llamados “frailes”. Suelen observarse en lugares altos (peñones y picos, generalmente), alejados de núcleos de población.
Peñón del Fraile en la Sierra de las Estancias
¿Qué pudo motivar que se bautizaran tantos accidentes geográficos haciendo alusión a un “fraile”? ¿Eran diferentes o se trataba de un sólo personaje?

Realmente no hacen referencia a personajes concretos, sino a una figura genérica que se remonta a un pasado olvidado: el monje ermitaño.

Estas personas buscaban sitios remotos, alejados del “mundanal ruido”, que les proporcionaran la tranquilidad necesaria para vivenciar su espiritualidad, buscar respuestas a las eternas preguntas y acercarse a su dios. Una búsqueda que se ha venido dando en todas las religiones y culturas.

Peña del Fraile en los Filabres
Algunos rincones les parecían más propicios para sus propósitos. Ciertas formaciones rocosas labradas por los elementos durante años incontables pueden parecer esculpidas por manos de gigantes, y los juegos de luces y sombras despiertan la imaginación curiosa, que quiere ver rostros y formas que pongan un orden reconocible en ese mar de estímulos que todo lo envuelve, de manera que algunas se personifican o pasan a ser deificadas.

Estos parajes elevados que no han sido modificados (demasiado) por la mano del hombre, ofrecen otra forma de mirar la realidad, otra perspectiva desde la que apreciar lo que nos rodea, lo que somos, nuestras capacidades y limitaciones, nuestro lugar en el mundo... Abarcar enormes distancias que se extienden a nuestros pies, magnificando el horizonte de nuestra percepción; disfrutar de lo que al principio nos parece silencio, pero que es la suma de los innumerables sonidos de la Naturaleza; escuchar nuestros pensamientos, alejarnos de las preocupaciones inmediatas, de la prisa.
Los Frailes en la Sierra del Cabo de Gata
Con el correr de los tiempos, el halo que envuelve a estos lugares permanece en la memoria colectiva de forma tenue, evidenciándose en la persistencia de estos nombres que guardan el pasado.


"El hijo de la civilización, ajeno a aquélla naturaleza por su educación y por sus orígenes, era más sensible a su grandeza que sus rudos vástagos, aquellos que dependen de ella en un plano de prosaica familiaridad. Éstos apenas conocen el temor religioso con que el otro se detiene a contemplarla con los ojos abiertos de par en par, un temor que influye profundamente en su relación con ella y mantiene su alma en una especie de estremecimiento religioso, de excitación y temor continuo."
La Montaña Mágica, Thomas Mann

martes, 4 de octubre de 2011

Walt Whitman







Cuando escuché al docto astrónomo,

cuando me presentaron en columnas

las pruebas y guarismos,

cuando me mostraron las tablas y diagramas

para medir, sumar y dividir,

cuando escuché al astrónomo discurrir

con gran aplauso de la sala,

qué pronto me sentí inexplicablemente

hastiado,

hasta que me escabullí de mi asiento y

me fui a caminar solo,

en el húmedo y místico aire nocturno,

mirando de rato en rato,

en silencio perfecto, a las estrellas.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Agrestes soledades




Recorriendo las sierras del Almanzora, lo que a día de hoy vemos como parajes indómitos, cubiertos de vegetación y sin huellas de presencia humana, no es más que una ilusión. Espejismo creado en los últimos 30 años, en los que han hecho efecto las medidas de recuperación del monte iniciadas hace más de medio siglo con el objetivo de rehabilitar la superficie arbolada y evitar los procesos de desertificación.

Antes de esto el paisaje era muy diferente. El monte era un ir y venir de personas y bestias; al trasiego del ganado y la agricultura en monte roturado, se unía el trabajo cotidiano de las minas, la explotación de recursos madereros y la recolección de plantas aromáticas en las zonas comunales. Innumerables vías de comunicación unían diferentes cortijadas y zonas de pastoreo y recolección con núcleos de población dispersos (caminos de herradura y veredas). Si bien el monte rebosaba vida, ésta se basaba en una sobreexplotación de recursos que paulatinamente degradaba el entorno, lo que ha dado pie a la imagen de “desierto” que se asocia con el sureste español.

La “modernidad” de los tiempos, los cambios de los sistemas de producción y el agotamiento de los recursos naturales trajeron consigo una decadencia de la vida montana, que ya no era imprescindible para la subsistencia, y la consiguiente recuperación de la capa vegetal, sobre la que se intervino desde la Administración a través de planes de reforestación más o menos acertados.

Pero lejos están los tiempos en los que, antes del aumento de la presión humana sobre el monte, éste presentaba una variedad vegetal inimaginable hoy día: encinares, alcornocales, serbales y acerales. Algo difícil de recuperar en la actualidad.

La belleza de lo que vemos hoy día reside también en el recuerdo que perdura de todo lo que fue en otro tiempo.


En próximas publicaciones, trataré la evolución de estos entornos naturales a través de la historia.


BIBLIOGRAFÍA:

Lentisco Puche (1991), La repoblación de Olula del Río (Almería) en el siglo XVI. Instituto de Estudios Almerienses.

Matamala García et al. (2008), Guía del Patrimonio Natural de Almería. Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa. (http://mediomarino.almediam.org)

Madoz (1845-50), Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico. Almería. Valladolid: Ámbito y Editoriales Andaluzas Reunidas.

Román Díaz et al. (2000), Estudio del Proceso Histórico Durante la Prehistoria y la Antigüedad en la Cuenca del Alto Almanzora (Almería) UAL.


jueves, 11 de agosto de 2011

Colores de transición



El amanecer y el atardecer son esos momento irrepetibles que se repiten todos los días. El Sol, jugando con las condiciones climáticas del día, nos regala una gama de matices lumínicos siempre dominados por el color naranja, color de la transición y del cambio, que alteran el estricto y absorbente azul.

¿Cómo no conmoverse ante tal espectáculo?

Algunos atardeceres, aunque nos sorprendan a medio camino, nos pueden hacer olvidar la prisa por regresar al refugio con el regalo de luces que nos ofrecen.

Filabres:


Estancias:


"Oscurece, por lo tanto amanecerá".


domingo, 24 de julio de 2011

La Playa de los Muertos

Quienes viven del mar, raramente la nombran; y conforma, junto con otras playas del mediterráneo occidental, la lista de lugares malditos para los marineros desde Águilas a Almuñécar.

Un trozo de paraíso

Da la sensación de estar en un paraíso. Aun estando tan cerca del espigón del puerto industrial; con el ir y venir de los pequeños barcos de pesca. A pesar de las vistas que ofrecen las gigantescas industrias asentadas en la costa un kilómetro más al norte.

Pero un paraíso inhóspito, que estaba aquí antes de la llegada del hombre, que no se concibió para ajustarse a nuestra medida.

Uno se siente extraño, intruso, casi intimidado. Una playa amplia, enorme, rectilínea hasta resultar inquietante, y rodeada por altos muros de roca negra. Y donde la arena... ni siquiera es arena, sino minúsculos cantos rodados.

Su difícil accesibilidad ayuda. Difícil para quien busca una playa domesticada, con todos los servicios. Quince minutos de descenso (inevitablemente a pie) por un complicado camino que parte desde el aparcamiento ubicado a la orilla de la carretera, desde el que no se puede apreciar la verdadera dimensión del lugar al que nos dirijimos.

El fondo se aleja de nuestros pies nada más entrar en el agua, fruto de las fuertes corrientes que han dado fama a esta zona. Incluso en un día de calma, el agua nos zarandea y nos hace ir donde ella dicta.

Orientada a levante, resulta un balcón excepcional desde el que apreciar el espectáculo del amanecer.


miércoles, 13 de julio de 2011

Sierra Nevada desde El Conde.



Al borrarse la nieve,se alejaron
los montes de la sierra.
la vega ha verdecido
al sol de abril, la vega
tiene la verde llama,
la vida, que no pesa;
y piensa el alma en una mariposa,
atlas del mundo, y sueña.


Con el ciruelo en flor y el campo verde,
con el glauco vapor de la ribera,
en torno de las ramas,
con las primeras zarzas que blanquean,
con este dulce soplo
que triunfa de la muerte y de la piedra,
esta amargura que me ahoga fluye
en esperanza de Ella...

ANTONIO MACHADO

Cascada del río Nechite a su paso por Mecina Alfahar.



CUANDO BEBAS AGUA, RECUERDA LA FUENTE.

Mecina Alfahar, en la Alpujarra granadina.



'PASO DE LA FALSA BELLEZA IGUAL QUE EL SABIO QUE NO CAMBIA PARÍS POR SU ALDEA'.
Joaquín Sabina.

Paseo por el parque García Lorca (Huerta de San Vicente, Granada)



THE ROAD NOT TAKEN, By Robert Frost.

TWO roads diverged in a yellow wood,
And sorry I could not travel both
And be one traveler, long I stood
And looked down one as far as I could
To where it bent in the undergrowth;

Then took the other, as just as fair,
And having perhaps the better claim,
Because it was grassy and wanted wear;
Though as for that the passing there
Had worn them really about the same,

And both that morning equally lay
In leaves no step had trodden black.
Oh, I kept the first for another day!
Yet knowing how way leads on to way,
I doubted if I should ever come back.

I shall be telling this with a sigh
Somewhere ages and ages hence:
Two roads diverged in a wood, and I—
I took the one less traveled by,
And that has made all the difference.


VE POR EL CAMINO MENOS TRANSITADO Y DEJA UNA HUELLA.

Árbol en la Puebla de Don Fadrique (detalle)